Enero transcurría entre blancos y grises. Frío.
Despertaba en nieblas y temperaturas bajas; y entre ellas, al abrigo del blanco nido que construyó, dormía ella. Quieta, con su corazón detenido y su pelaje pintado de nieve, blanco y pardo, tejido de algodón para ser tocado una última vez.
Descansaba entre plumas soñando en nieve, blanco y pardo para dormir en muerte.
Era el ciclo de la vida, era un enero de blancos y grises en el valle, de despedidas. Frío.
Adiós pequeña Nis. 21 de enero de 2020.
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